Acabo de leer tokio blues y una profunda melancolía me invade, es cómo un "edredón invisible", es una historia muy trágica parecida a la realidad cotidiana, habla de muchos temas, sobretodo del suicidio, de hecho dos de los personajes fallecen trágicamente, a pesar de esto las reflexiones qué tiene son muy intensas, menciona mucho a los beatles, canciones cómo norwegian wood o michelle, siempre he pensado qué el valor emocional de la música romántica o los beatles es más letal qué cualquier otro genero musical, es bien triste, me encantó la manera en cómo el personaje describe los hechos,básicamente la historia narra el romance intenso de Watanabe con la novia de su mejor amigo qué se suicidó, ella se llama Naoko, ambos tienen una dimensión del mundo desbordande, ella pasa mucho tiempo en un hospital siquiátrico , él espera que salga y hasta se muda de dónde vive a una casa dónde prepara una habitación para ella y le dice qué le encantaría que vivieran juntos, es una hermosa espera en vano..
Las edades de ellos datan desde los 17 hasta los 21 años, su mejor amigo siempre tendrá 17 porque se suicidó a esa edad y Naoko siempre tendrá 21 años.
Me encanta cómo van creando vínculos y cómo estos pese a la muerte no mueren, es casi mágica pero cierto, es cómo el zorro del principito, los personajes se domestican unos a otros.
Hay un montón de personajes, hay uno muy "exitoso" que cautiva mi atención, Nagasawa , un chico qué lo tiene todo, qué es sobresaliente, mujeriego y ve el mundo cómo un parque de diversiones, osado, qué piensa qué la mayoría son estúpidos, pero qué al final es vacío, su filosofía de vida es autodestructiva para una persona común, pero él dotado de una gran capacidad y disciplina lográ conseguir sus propósitos viviendo así, no por esto deja de ser vacío.
Watanabe es más reflexivo, le cuesta entablar amistades y entiende el valor de la soledad, no es qué le guste, pero prefiere estar así a que lo lastimen, aparte no suele ponerse triste, trata de ser muy analítico, es cómo un "pan sin sal" alguien común en una novela no tan común, con personajes totalmente comunes en un mundo jodido y loco cómo este.
Me gusta cómo se describen las cosas, las ciudades tan a detalle, la perspectiva tan madura para tratarse de personajes de edades tan cortas, y me siento identificado con ellos en muchas cosas, de hecho a esas edad es muy difícil conocer personas así, pero las hay, yo a los 13 o 15 era bien maduro, más qué ahora en muchos aspectos, tenía en mi semilla esos rasgos, y creo qué muy pocas personas comprenderán de lo qué les hablo, he llegado al punto dónde experimento la soledad de una manera tan cotidiana y habitual que me ha permitido reflexionar en mi pasado, eso debería ayudarme a entender más mi presente y futuro, y es qué en muchos aspectos todo está tan claro, sobretodo en cosas qué la sociedad determina cómo parte del éxito o fracaso, pero en otros aspectos cómo el emocional me abanten las inquietudes, creo qué en un país cómo este es muy común esto, la juventud está abatida, no lo sabe ni lo entiende, pero lo está carente de propósitos y autoconocimientos qué me hacen cuestionarme si esto será un sentimiento global, algo generacional, si la vida misma siempre ha sido así.
Creo qué leí esta novela en un momento muy indicado para mí, casualmente en estos días he pasado recordando y añorando situaciones muy silimilares, personas qué están y se han ido, lugares, y veo cómo toda ha cambiado, creo qué la única manera de conservar algo para siempre es escribiéndolo, plasmarlo en letras, así los lugares nunca mueran, qué recordemos eso siempre.
Los momentos son hermosos pero mueren, es una hermosa idea tácita y debemos estar concientes que los más bellos momentos jamás volverán a ser igual, mueren cómo nosotros, es por eso qué son tan valiosos y especiales, a veces quisiera parar el tiempo y vivir algunos momentos siempre, qué se repitieran volver a algunos momentos o ocaciones en mi vida dónde he sentido una felicidad sin mucho sentido con frenesí, no es qué ahora sea infeliz, es sólo qué esos momentos especiales no siempre están, me encantaría atesorar más de estos momentos y sueño, y trabajo para lograrlos.
Este domingo fué especial, una taza de agua helada con hielo, "un par de tubitos de cáncer", música melancólica de beatles o ricardo andrade hasta LOVG y cosas así, y tokio blues...
El día de hoy la melancolía me invade, es cómo un "edredón invisible" que no quiere desprenderse de mí....
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