Juguemos
a ser eternos y escribamos nuestro nombre en una hoja de papel,
Juguemos a escribirnos en un poema para sentir el súbito dolor de una coma, miremos en cada verso un consolador entierro de palabras que por metamorfosis se hacen letras.
Juguemos a escribirnos en un poema para sentir el súbito dolor de una coma, miremos en cada verso un consolador entierro de palabras que por metamorfosis se hacen letras.
Juguemos
a ser más que dinero y papel, a ser más que tierra y aire, a costurar las
sonrisas con anhelos perdidos y fracturar
cada suspiro que se fugue, juguemos retener nuestras almas cuando nuestras
pupilas se encuentran y dilatan.
Juguemos
a ser eternos y escribamos nuestro nombre para sentir la agonía del punto y
seguido que anuncia un final inevitable.
Eduardo Montalvo
20-09-14
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